miércoles, 8 de abril de 2009

¿Por qué me odias tanto, Divino Destinador de imágenes, y me diste un vacío enorme y la estupidez suficiente para creer que va algo dentro?

¿Por qué no me dejas morir de un lado a otro de mi cama, en medio del fuerte que armé para que no se suba ninguna de las garrapatas que enamoran de imposibles a doncellas descuidadas...

¿Por qué no me diste una mano más fuerte que no se canse tan facilmente de vaciar y vender lo que plantaste en mi camino...

¿Por qué no me diste un día más largo, una luz más fuerte para escribir otro rato, para que no muera de frio...

¿Por qué no me has dado una noche sincera, un sueño ligera, unas mangas más largas de vuelos, un cuerpo para los viajes, una cubeta para vaciar y tirar mis anhelos?

¿Por qué no me diste donde encontrarte?

No hay comentarios: