martes, 27 de enero de 2009

En realidad no creo en dios... Aunque sería interesante tener un dios pagano, me parece muy cómodo tener alguien a quien echarle la culpa o agradecerle todo.

Pero ese dios es una linda imagen, y un buen nombre para un amigo imaginario.

Mira Dios...

Mira Dios:
Tú nos diste las cosas que hay aquí. Encima de mi, abajo del piso y al lado de los colores y las muñecas de este lindo río.
Pero mira, Dios:
¿Has visto caer la lluvia sobre los edificios?¿Has visto caer un pájaro sin un soporte?¿Un tiempo sin un segundo?¿Un alama que quiere ir a tu cielo sin ningún transporte?

Mira Dios:
La lluvia cae asi por que el cielo y la tierra son amantes, por que él la alimenta y por que a veces le enoja que la tierra nos de tanto cuando nosotros llenamos el cielo del humo del cigarro, del humo de los carros, de las fábricas de refresco, de explosiones terroristas y más que nada, de sueños nunca concretados.

Mira Dios:
Los pájaros caen así por que no quieren ver a los lados, por qué el cielo los cego cuando ellos se entregaban tanto. Caen así por qué les gusta sentirse vivos y también por que los pobres estan medio pirados.

Mira Dios:
El tiempo nos hace muchas trampas, y el único lugar donde esta es la melancolía de una mirada, en los ojos de una mujer triste, de un perro hambriento, en la cabeza de un niño cabizbaja; por que al tiempo lo feliz no le interesa y se queda atontado mirando el perfil de una mujer enferma, sola y enamorada.

Mira Dios:
Nosotros nacemos con un poco de tu alma, y crecemos y nos acostumbran a que estas aquí y allá y en todos esos lados se nos queda tu cachito de calma; entonces nos aceleramos y queremos volar, pero se nos olvida que para eso estan los ángeles y las hadas. Y que las niñas con su traje de primera comunión lucen bonitas y el cura lo dice y lo comprueba; y que el cofre de tu voz se cierra, y que son estupidas nuestras poses de inocencia; que no hay zapatos de bailarina que se muevan hacia ti, que no hay nube tan densa, que los héroes de aquí fuman tabaco, y que en el cielo no hay eso, que las nubes no saben a nada; que allá no hay patria a quien defender, no hay lujuria por quien luchar, no hay hermanos a quienes llamar equivocados, no hay como ayudar; no hay viajes, no hay esa música dura y triste, no hay fotos, no hay imágenes, no hay espejos en donde reflejarse.

Mira Dios:
A mi nunca me gustaron tus libros, ni tus cuadros, ni tus rituales. Pero me gustas tú aunque no nos conozcas; Hola Dios, yo soy Martha, así se llama también mi madre. Yo creo en la muerte y ya, no creo en nada más. Yo no quiero ser nada, no pido más que una buena mirada, unas cuantas palabras, no pido más que pequeños trazos de vida, que pocas frases de aliento; no tengo más que esta pobre y triste esperanza.

Mira Dios:
Mis pies estan mojados y no me importan las fortunas, me importan las luchas y la gente que lucha, porque el pueblo es pueblo cuando se siente pueblo; y tú eres tú porque yo te siento.

Mira Dios:
Tú sigue creando.
Yo sigo escribiendo.